Sin alguien que me diga hacé esto o aquello,
me propongo escuchar lo que dice mi alma afónica
sobre lo que está bien, sobre lo que me haría bien.
Mientras, por acá no pasa nada. Y allá, la vida sigue,
como si acá nada pasara.
viernes, 31 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario